Aprovechamos también el verano para hacer una visita fugaz a Cullera, en donde mi abuela y mis tios estaban pasando las vacaciones de verano. Menuda alegría se dió mi abuela cuando nos vió llegar, ya que nuestra visita era una sorpresa.
Nuestra visita coincidió con un calor exagerado. El típico viento de poniente hacía impracticables las horas de sueño. Calor pegadizo que este verano ha tenido records de temperatura en la comunidad valenciana.
La única forma de soportar tanto bochorno era pasear y tomar helados. Estuvimos cenando en las 4 calles y eso es todo un logro para mi abuela ya que se va andando desde donde tenemos el apartamento hasta el restaurante. !! Toda una campeona !!
En esta foto la vemos asomándose a la terraza para ver como se presentaba el día. Todo correcto para darse unos chapuzones tranquilos.
Y aquí la paella que nos tomamos en la despedida. Hmmmmmmmm
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